El oscuro descenso de Elizabeth Frankenstein

pues la muerte es y siempre será la ocupación de los hombres–

A veces éramos desconocidos incluso para nosotros mismos

Y debajo, escritas con tanta fuerza que se hallaban hundidas en el papel, las palabras derrotaré a la muerte.

Las palabras y las historias eran herramientas para suscitar las reacciones deseadas en los demás, y yo era una artífice experta

palabras y las historias eran herramientas para suscitar las reacciones deseadas en los demás, y yo era una artífice experta.

Sus libros siempre requerían mayores conocimientos y estudios más profundos, mientras que ella era un manuscrito iluminado: bella, apreciada y simple de comprender al instante.

Siempre supe que vería el mundo gracias a Victor.

Jamás imaginé que sería por huir de él.

¡salud, horrores! ¡salud, mundo infernal!

yo sabía lo que era estar corrompido hasta la médula, ocultar dientes afilados tras una sonrisa serena.

¡Qué días oscuros y aciagos para desear la existencia de un monstruo!