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Han Kang

  • Abril G. Kareraalıntı yaptı4 ay önce
    Comparada con su mujer quizá fuera menos bonita, pero se podía sentir en ella la fuerza de un árbol silvestre y sin podar.
  • Silvia Arenasalıntı yaptıgeçen yıl
    El arrinconamiento de las mujeres es una evidencia y por eso el chamanismo aún triunfa en la península: la mayoría de chamanes son mujeres que, cuando los espíritus las poseen, pueden saltarse un rato las normas mientras cantan las cuarenta a los opresores masculinos, entre otras cosas
  • Silvia Arenasalıntı yaptıgeçen yıl
    Y a ambos les une una idéntica propuesta de fondo: la necesidad de bajar el ritmo, de que el mundo se conduzca de acuerdo con formas de vida más naturales.
  • Silvia Arenasalıntı yaptıgeçen yıl
    «La pulverizaron —afirma Sunme Yoon, la traductora que volcó la historia al español—. La crítica también está dominada por hombres. A las mujeres les gustó, les impactó, pero los hombres perdían el hilo».
  • Silvia Arenasalıntı yaptıgeçen yıl
    Mi mujer no cambió cuando llegó la primavera. Todas las mañanas me daba de comer solo verduras, pero no volví a quejarme. Cuando alguien cambia de un modo tan tajante, no hay más remedio que seguirle la corriente.
  • Silvia Arenasalıntı yaptıgeçen yıl
    Pero yo lo sabía bien. No estaba flaca por comer solo verduras sino por sus pesadillas. Pero tampoco era eso, puesto que ya casi no dormía.
  • Silvia Arenasalıntı yaptıgeçen yıl
    Por un instante su cabeza, a la que nunca me había asomado antes, me pareció una trampa sin fondo.
  • Silvia Arenasalıntı yaptıgeçen yıl
    Normalmente no mostraba un interés especial por su segunda hija, pero al parecer los hijos eran los hijos.
  • Silvia Arenasalıntı yaptıgeçen yıl
    ¿Por qué será? Todo me parece desconocido, como si viera las cosas desde atrás. Como si estuviera encerrada detrás de una puerta sin picaporte. No es eso, será que estuve allí desde el principio y me di cuenta de ello repentinamente. Está todo oscuro. Todo está negro y machacado.
  • Silvia Arenasalıntı yaptıgeçen yıl
    —No, hijo, yo soy el que debe pedirte disculpas.

    Sus palabras me sorprendieron, pues mi suegro era un hombre muy autoritario y nunca en mis cinco años de casado le había oído hablar a nadie en ese tono. No cuadraban con él las palabras amables.
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