Liliana Heker

  • Paula Guillénalıntı yaptı2 yıl önce
    Los temas nos atraviesan, nos aplastan, nos chocan por la calle; los espantamos como moscas; los engullimos sin darnos cuenta; acechan desde el pasado, desde una pesadilla, desde algo particular que nos han contado;
  • Paula Guillénalıntı yaptı2 yıl önce
    Justamente la ficción vuelve verosímil lo improbable, instala la atención donde no se la esperaba, carga de significación lo que a priori no parecía tenerla. La ficción construye sentido.
  • Paula Guillénalıntı yaptı2 yıl önce
    lo que me movió a escribir un cuento fue imaginar el conflicto que provocaría en un individuo excesivamente racional y con formación científica encontrarse ante una situación imposible de ser racionalizada.
  • Paula Guillénalıntı yaptı2 yıl önce
    Pero más grave, entendí, es escribir sin esa energía, sin esa sensación —no parecida a ninguna otra— de estar creando.
  • Miguel Guisaalıntı yaptı9 ay önce
    Como si de golpe, Dios te pasara una pelota, y te batiera, tuya, jugála. Entonces, qué vas a hacer, tenés que jugarla. Si no, no sos un hombre. Si no, no sos vos. Sos una mentira, un preso, qué sé yo. No sé cómo decirte.
  • Miguel Guisaalıntı yaptı9 ay önce
    El criterio de Mandeb parece apenas sentimental, pero es también estratégico. Uno juega mejor con sus amigos. Ellos serán generosos, lo ayudarán, lo comprenderán, lo alentarán y lo perdonarán. Un equipo de hombres que se respetan y se quieren es invencible. Y si no lo es, más vale compartir la derrota con los amigos, que la victoria con los extraños o los indeseables.
  • Miguel Guisaalıntı yaptı9 ay önce
    la voz emitida públicamente se anima de otra fuerza, se enamora de su propio arrallo y termina haciendo su propio juego.
  • floweralıntı yaptı8 gün önce
    Vi a varios en los sesenta ensañándose con el Martín Fierro por su inoperancia para hacer la revolución. Y los veo ahora muy orondos, sentados en los altos sillones del poder. Será que, deprimidos por la ineficacia militante del Martín Fierro, nunca llegaron a enterarse de que, si algo arde adentro tuyo, basta el Mamboretá de Carriego o un chico vendiendo estampitas para darte cuenta de qué lado de la realidad estás. Llamalo como se te cante. ¿Quién es el prójimo para vos? En la respuesta que te das está el verdadero color de tu ideología.
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