Al convertirse Thule, en Groenlandia, en base naval estadounidense, las morsas no soportaron el ruido de los aviones al aterrizar y despegar y emigraron. Los esquimales, perdidos sus medios de vida, debieron ser trasladados a Gronedal, donde les dieron casa, un vehículo y sueldo a todos los adultos. Esto lo cuenta, con el auxilio de alguna letra, Bernardo Atxaga, alguien por quien he sentido inmediata afinidad, porque también él gusta del alfabeto.