Yuko Tsushima

Los padres son solo padres, no son nadie especial. Hay padres a los que hay que abandonar por el bien de uno mismo. Que no te engañen con el pretexto de que son tus padres.

Yo todavía no conocía la erosión que conlleva la convivencia doméstica y estaba contenta con mi nueva vida.

Uno se acaba cansando cuando la inestabilidad se prolonga demasiado, sobre todo si se es mujer… Cuida de ti misma, ¿de acuerdo?

Puedes tomarte una copa cuando quieras, las mujeres también tenéis derecho a beber libremente

Sí, soy un desastre, qué le voy a hacer. Pero, a pesar de todo, hay alguien en el mundo que no me abandonará nunca. Sí, es verdad, lo hay. Seguro que lo hay.

También esa mañana me había separado del suelo en el que dormía maldiciendo a mi hija por no querer encaramarse al mundo del sueño igual que yo.

¿Sería aquel otro domingo en el que no ocurriría nada? Tenía la sensación de estar esperando algo con angustia, pero también estaba segura de que esa expectativa se terminaría desvaneciendo.

En realidad, no soy capaz de imaginarme su soledad. Una soledad en la que no pudo pedir ayuda sin sentir miedo.

Pero lo que más me pesó fue el hecho de no poder disfrutar del resplandor del sauce llorón. En mis recuerdos, la luz de aquel árbol reverbera como el fuego.

Se trataba de un gozo tan intenso que el miedo brillaba en el centro, en su estado más puro.