En las fases tempranas del amor, hay una dosis de puro alivio al poder, por fin, revelar una gran parte de cuanto necesitábamos mantener oculto en nombre de la corrección. Podemos reconocer que no somos tan respetables, ni tan formales, tan rectos y «normales» como cree la sociedad. Podemos mostrarnos infantiles, imaginativos, alocados, optimistas, cínicos, delicados y diversos: el ser amado es capaz de entender todo esto y de aceptarnos por ello