Katee Robert

Así que te follaste a mi papá".

Le doy una pequeña sonrisa viciosa. "No eres el único que lo llama papá ahora".

"Jesús, Lily." Sacude la cabeza, luciendo como si no pudiera decidir si reír o empezar a gritarme. Finalmente se endereza.

Así que te follaste a mi papá".

Le doy una pequeña sonrisa viciosa. "No eres el único que lo llama papá ahora".

"Jesús, Lily." Sacude la cabeza, luciendo como si no pudiera decidir si reír o empezar a gritarme. Finalmente se endereza.

Es una maldita diosa

Están viendo a Hades, de los Trece, arrodillado a los pies de una mujer que se sienta en su trono. Pensaba que estábamos marcándome como suya y solo suya, pero esto no entraba en el plan.

—¿Qué estás haciendo? —susurro.

—Venerarte

—Cuando volváis con el rabo entre las piernas a vuestros rascacielos y vidas glamurosas de la zona alta, más os vale contar toda la verdad de lo que ha ocurrido esta noche aquí dentro. Es mía. —Le da un apretón fugaz a mi mano—. Y yo soy suyo

Cualquier cosa vale la pena por ella.

Joder, lo que sea por ella

Una no se puede rebelar contra el sistema sin pagar un precio, y las consecuencias son demasiado severas.

Ahora está en mi territorio. Podéis intentar recuperarla cuando queráis, pero las consecuencias de romper el acuerdo caerán sobre vosotros.

—Te va a matar.

—Que venga y lo intente. —Los miro a ambos fijamente—. Ahora es mía. No dudéis en contarle a Zeus las ganas que tengo de disfrutar de su inesperado regalo.

Estás temblando.

—No, qué va.

—Maldita sea, Perséfone. Estás como un flan. No puedes negarlo y esperar que me lo crea cuando lo estoy viendo con mis propios ojos.