Honorato de Balzac

labios, por una fuerza mágica; os transporta, os parece perder tierra. Si pretendéis pasar una vez siquiera vuestra mano acariciadora, fanatizada, por aquel cuerpo níveo, palpar sus cabellos de oro, besar sus ojos chispeantes, os embriaga un vapor y os hechiza una música encantadora. Todos vuestros nervios se estremecen, os sentís invadidos por el deseo, por el sufrimiento. ¡Oh dicha sin nombre! Habéis tocado los labios de aquella mujer; pero, de pronto, os despierta un dolor agudo. ¡Ja! ¡ja! Os habéis golpeado la cabeza en un ángulo de vuestra cama, os habéis abrazado a la obscura caoba, a los fríos dorados, a cualquier adorno, a un amor de bronce.

Pero se encontraba en una de esas raras circunstancias de la vida en que las sensaciones dichosas

Pero se encontraba en una de esas raras circunstancias de la vida en que las sensaciones dichosas nos hacen olvidarlo todo

las necesidades animales

El interés y el talento son los únicos consejeros conscientes y lúcidos.

desarrollado en él, sin que él se diese cuenta, era el egoísmo propio de todas las criaturas humanas

Pocas personas muestran desde el principio sus defectos al desnudo

Las personas sin ingenio se parecen a las malas hierbas, que gustan de los buenos terrenos, y quieren que se las distraiga porque se aburren a sí mismas

toda elección implica un menosprecio para la cosa rechazada

toda elección implica