Emily Henry

Y ese fue el momento en que me di cuenta: cuando el mundo se sentía oscuro y aterrador, el amor podía llevarte a bailar; la risa podía quitar parte del dolor; la belleza podía perforar agujeros en tu miedo. Entonces, decidí que mi vida estaría llena de las tres.

me enseñó que el amor puede ser un chaleco salvavidas cuando te estás ahogando.

Tenía una forma maravillosa de describir las cosas. Cuando mamá leyó mi primer libro, me dijo que podía verlo en él. En la forma en que escribía.

Tiene sentido. Después de todo, había aprendido a amar las historias gracias a él.

Solía enorgullecerse de todas las cosas que tenía en común con él, consideraba las similitudes con afecto. Noctámbulos. Desordenados. Siempre retrasados, siempre llevando un libro.

Me dijo una y otra vez que no era la misma. Pero estaba equivocado. Era la misma que siempre había sido. Simplemente había dejado de intentar brillar en la oscuridad para él, o para cualquier otra persona.

Pensé que extrañar a mi padre sería lo más difícil que haría en mi vida.

Pero más que eso, cuando perdí a papá… quiero decir, papá era un mentiroso, pero lo amaba. En serio lo amaba, tanto que el simple hecho de saber que él no está en este planeta todavía me rompe a la mitad cada vez que lo pienso. —

Siempre estaba buscando el código secreto, las reglas que podía seguir para que él no se molestara. Así es como te mantienes a salvo, ¿sabes? Prestas atención a cómo funciona el mundo. Pero no había ningún código secreto para él. Era como si nuestras acciones estuvieran completamente separadas de sus reacciones hacia nosotros.

Quizás no fue amor. Quizás tratarla como una mierda le hacía sentir que tenía poder.

No sabes la diferencia entre lástima y simpatía —dije—. No te estoy compadeciendo. Me entristece pensar en que te traten así. Me enoja pensar que no tenías las cosas que todos los niños merecen. Y sí, me enoja y me entristece que mucha gente pase por las cosas por las que tú pasaste, pero es aún más perturbador porque eres tú. Y te conozco y me gustas y quiero que tengas una buena vida. Eso no es lástima. Eso es preocuparse por alguien.

Siempre has sido tan feroz y jodidamente delicada, e incluso cuando estás en tu peor momento, cuando te sientes enojada y rota, todavía sabes cómo ser una persona. Cómo decirle a la gente que los amas.