Elizabeth Taylor

una clínica para enfermos mentales, además.

—¿Son tan buena gente como parecen? Me refiero a si son lo bastante buenos para usted.

para llegar al optimismo que ahora sentía, era necesario haber pasado antes por un profundo pesimismo.

porque con el tiempo descubrí que solo podemos ser libres cuando nadie nos necesita.

Para tener amigos se necesita dinero. Todos los que conocía ahora tienen trabajos y automóviles.

Este mundo es demasiado para nosotros;

en dar y en recibir gastamos nuestras fuerzas.

“Empezamos con un engaño”, pensó ella, “y enseguida tejemos una maraña de mentiras”.

—Paz y silencio son lo último que buscamos los ancianos

“Nunca prestes dinero a un amigo, a menos que quieras perderlo”,

Siempre hay alguien que ofrece la mejilla y otro que la besa.