Margaret St Clair

Busco compañía en mi koota. Ella es del color de la mañana, su pecho sobresale como la hoja de un hacha, sus costillas emergen y se hunden como alas, sus ojos son grandes y cristalinos cuando me devuelve la mirada.

–Pero deben de ser inofensivos –digo yo–. Nadie ha sufrido daños.

–No sabemos eso –replica Arnie

En Detaxal las cosas son diferentes, pues allá la gente, las innobles criaturas machos, procrean para lograr la destreza física, y dejan a unos pocos elegidos el desarrollo de sus ciencias y filosofías y la contemplación de lo abstracto.