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Martha Asunción Alonso

  • Lizzette Canoalıntı yaptıgeçen yıl
    «No manches tu corazón. ¡No te vuelvas como ellos!». ¿Acaso vale la pena pagar tan alto precio por la libertad?
  • Lizzette Canoalıntı yaptıgeçen yıl
    Será preciso que la sangre inunde nuestra memoria. Que nuestros recuerdos floten en su superficie como nenúfares teñidos de rojo.
  • Rocío Toledoalıntı yaptı8 ay önce
    No es un nombre asante. Yao se lo inventó para dejar así bien claro que yo era hija de su voluntad y también de su imaginación. Hija de su amor.
  • Rocío Toledoalıntı yaptı8 ay önce
    Era un padre, un salvador, ¡un refugio!
  • Maricruz Barrera Chávezalıntı yaptı10 ay önce
    Se decía. Se contaba. Se inventaba. Y el aire se llenó de un gran murmullo de palabras tenaces y suaves como las olas del mar.
  • Alejandra Arévaloalıntı yaptı3 ay önce
    La desdicha, como la felicidad, es una costumbre que adquirimos al nacer y de la que nunca podemos deshacernos
  • Cristinaalıntı yaptı2 ay önce
    ¿Existe en la Tierra algún lugar amable con las mujeres solas?
  • Elisa Dlalıntı yaptı2 ay önce
    ¿Qué hacer con el pasado? Es un cadáver del que cuesta deshacerse. ¿Debemos embalsamarlo, conservarlo idealizado y permitir que dirija nuestro destino? ¿Debemos enterrarlo sin honores, deprisa y corriendo, para así olvidarlo por completo? ¿Debemos metamorfosearlo?
  • Lizzette Canoalıntı yaptıgeçen yıl
    No tenía ganas de seguir viviendo. Últimamente, la vida me parecía un charco de agua sucia y evitaba pisarlo a toda costa.
  • Lizzette Canoalıntı yaptıgeçen yıl
    Él fue quien me bautizó: Tituba. Ti-tu-ba.

    No es un nombre asante. Yao se lo inventó para dejar así bien claro que yo era hija de su voluntad y también de su imaginación. Hija de su amor.
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