Lo que haría falta, por consiguiente, es descubrir una trayectoria de sanación, aunque sin por eso esperar curarse demasiado pronto. En este sentido, no sería imposible progresar, pero sería un progreso al revés, que consistiría en retornar sobre la idea de progreso, en retrogresar, en descubrir otra forma de sentir el paso del tiempo.