Universidad de Antioquia. Facultad de Ciencias Sociales y Humanas

Lo que no saben es que los hijos y las hijas de la violencia en Colombia crecimos con sopa y agua de panela, con enormes cantidades de resiliencia, desenterramos verdades entre las piedras y reivindicamos la memoria como a la vida misma.

En este trámite, aparentemente falaz, nuestros recuerdos son desplazados.

La fortaleza de las mujeres va en su sangre, en esas ansias de hacer justicia y saber las verdades escondidas en la oscuridad de un mundo que olvida el pasado y sigue repitiendo historias. Escuchar, contar y escribir lo sucedido permite de alguna forma sanar y reconfortar el alma, al menos para que otro se entere de las historias particulares de dolor y lucha, unas que pueden vivir infinidad de personas, pero de las cuales tal vez nadie más se entera, solo a ellas les acontecen y las viven en medio de sus lágrimas y su silencio por el miedo que les invade cuando sufren la pérdida de lo más grande y querido: la familia.

Este trabajo toma el periodismo como método de investigación para abordar temas sociales, pues permite la cercanía con la fuente y busca, a través de los relatos, sentires y acontecimientos, la reconstrucción de esos sucesos, para que los testimonios sean espejo de la realidad que se olvidó debido al miedo, la violencia que acosaba al país o porque nadie se había propuesto contarla.

Yo sé que hablar la verdad en este país es un peligro, porque aquí hay mucha corrupción, pero queremos una Policía transparente, queremos un Estado transparente, queremos hombres honestos, porque toda la Policía no es mala.