—Elisse —susurra contra mi frente—. ¿Puedo besarte?
Mi corazón termina por fundirse.
Cierro los ojos, y mi nariz roza su barbilla cuando asiento.
Entonces, el lobo, el hombre, el errante; todo Tared se vuelve mío al cerrar la distancia entre nuestros labios.
Y me besa.
Tared Miller, el hombre que he anhelado desde que puso un pie en mi vida, me besa