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Antonia Santolaya

  • Mariana del Vergelalıntı yaptı2 yıl önce
    frente al poder de muerte del Cazador, la Recolectora posee un poder de vida que a él le sobrecoge.
  • Sandra Pérez Castrejónalıntı yaptı4 ay önce
    LA NATURALEZA DEL AMOR
  • Ana Saenzalıntı yaptı2 yıl önce
    El rostro del Cazador está atirantado por la fatiga y orlado por una espuma de sangre seca; mirándole, la Recolectora recuerda al hijo que parió en la pasada luna, también todo él sangre y esfuerzo. Se enternece la mujer, acaricia los ásperos cabellos del hombre y decide hacerle un pequeño regalo: durante el resto del día, piensa ella, y hasta que el sol se oculte por los montes, le dejaré creer que es el amo del mundo.
  • Ana Saenzalıntı yaptı2 yıl önce
    Para finalizar esta breve semblanza de mi trabajo, he de confesar mi honda satisfacción por el inesperado rumbo que mi vida tomó hace tiempo, ya que paradójicamente, con mi extraño comportamiento, he logrado interesar a no pocos escritores en la cría de gallinas y a su vez, muchos granjeros han comenzado a escribir pequeños poemas para sus animales.
  • Ana Saenzalıntı yaptı2 yıl önce
    Cerrarás la puerta de la casa con un nudo en la garganta, escozor en los ojos y bajarás las escaleras corriendo, como hacías de pequeña.
  • Ana Saenzalıntı yaptı2 yıl önce
    Pero el tiempo y yo tenemos una relación curiosa: a menudo me falta y las pocas veces en que me sobra me coge tan desprevenida que no sé qué hacer con él.
  • Ana Saenzalıntı yaptı2 yıl önce
    Pero soy un desastre con mis propios planes y no llevo a cabo ni la mitad de lo que pienso y proyecto…El tiempo, siempre el tiempo que se adelanta a nuestras difusas intenciones y nos aleja de otras.
  • Ana Saenzalıntı yaptı2 yıl önce
    Tú no lo sabes, pero tengo una deuda contigo. Te iré a ver, te lo prometo, tenga o no tiempo. Y pasearé contigo por el jardín y, si te fías de esta desconocida, te acercaré a nuestro barrio y tomaremos un café con leche y cruasán.
  • Ana Saenzalıntı yaptı2 yıl önce
    Cuántos libros habían pasado por aquellas finas manos de mujer detrás de su mostrador de librería, cuánto polvo, cuántas preguntas, cuántas búsquedas, cuántas hermosas y breves conversaciones.
  • Ana Saenzalıntı yaptı2 yıl önce
    Se la entregó, sus manos temblaban. Max leyó la carta que le había dejado, no pudo evitar una sonrisa. Don Adrián y sus ocurrencias. En la carta le decía que no llegaría a Navidad, total él estaba de visita. Y que no fuera tonto y se declarase a la directora. En esta vida estamos de visita, temporal.
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