Francesco Piccolo

Ya no soporto a la gente que me aburre,
por poquísimo que sea, y que me hace perder
aunque sólo sea un segundo de vida.
GOFFREDO PARISE

unos besos larguísimos que son los besos que tanto te gustan

Y es éste el punto crucial de la cuestión: ¿por qué miento?, ¿qué razón hay para ello? No hay ninguna razón: me gusta.

Encerrarme con llave en los cuartos de baño de las casas donde nunca he estado y ponerme a curiosear todos los productos que utilizan.

La primera y la última página de un libro.

El recuerdo morboso de los libros que he leído: me acuerdo de dónde los he leído, de lo que hacía en la época en que los leía, de con quién hablaba de ellos. Cuando cojo un libro de la estantería, a veces me basta con la portada, o bien con las palabras que recuerdo, y regreso hasta un humor y un tiempo preciso, nítido, siempre, o casi siempre

En general, todos aquellos que se preocupan por mí o se ocupan de mí.

«¿Quieres que te traiga algo?», pronunciado por cualquiera, cuando me siento incomodado por el hecho de que la cena sea tipo bufé

El agua cuando tienes sed; la cama cuando tienes sueño.

Caminar de puntillas sobre el suelo recién fregado, con una contracción de los músculos que pretende hacerte creer que has obtenido una ligereza tal que el suelo no va a ensuciarse.