universo de lo moral no se agota en la aprobación o desaprobación de la obra de arte ni en la determinación de si la obra hace justicia o si, por el contrario, festeja o disculpa alguna forma de injusticia. En el reino de lo moral no hay lugar solo para las virtudes perfectas, como la justicia, sino también para las imperfectas, como la compasión, la nobleza, la lealtad, la generosidad y también la comprensión. Una obra de arte narrativa puede ser moralista sin ser doctrinaria, podemos aprender de ella aunque ella no pretenda enseñarnos nada, puede afirmar que