usted cree que los viejos somos sabios. Ni lo piense. Los viejos solo somos viejos. La edad también nos pone tontos, acumula fracasos que no enseñan nada salvo tristezas y amontona impotencias en el cuerpo. La edad hace temer. Es muy poco lo que podemos enseñar a los jóvenes de hoy.