Rocío Quillahuaman

La esperanza es esto. Es aceptar que no tengo que ser de un sitio o de otro, sino que puedo ser de los dos a la vez. Es creer que si me acepto así, quizá deje de sentirme fuera de sitio constantemente. Es aceptar mi historia para poder avanzar. Quizá sí que es tan sencillo como en las clases de italiano. Soy de Lima y de Barcelona. Soy peruana i sóc barcelonina. Y así con todo.

era irónico que mi madre quisiera volver a un sitio del que habíamos salido corriendo. Supongo que la miseria trae consigo contradicciones

Yo no sentía que ese barrio fuera del todo «mi barrio», no tenía buenos recuerdos a los que aferrarme

Para entonces ya nos habíamos mudado de piso en Barcelona unas cuantas veces, y yo era inmune a cogerle cariño a ningún sitio.

La perrita Blackie sabía que el verdadero hogar de una tiene mucho más

que ver con las personas que con las coordenadas

Iba a ser una gran médico, pero pensó que era más importante dedicarse a contar historias. Su profesión es dibujar mal.

Esta idea viajó con nosotras desde Lima, el esfuerzo por ser diferentes a la gente de nuestro barrio

Queríamos escapar de nosotras mismas para aspirar a ser nuestras mejores versiones, siendo esa «mejor versión» simplemente una negación de lo que éramos y de donde veníamos.

Supongo que a esto debe que, a veces, cuando alguien dice algo bueno sobre mí, tengo arcadas y náuseas.

Así que no estaba ni en un sitio ni en otro, como siempre