pérdida de capacidad representativa generaba un vacío “en el centro” que podía ser aprovechado por políticos y partidos outsiders, ya fuera de derecha o de izquierda, que tomaban para sí la representación de nuevas demandas, grupos y temores sociales: es el “vacío del centro” el que permite el ascenso de liderazgos outsiders y genera fuerte desafección democrática. Si todos los políticos son iguales, dicen lo mismo y hasta se parecen, ¿para qué votar?