Lev N.Tolstói

  • Iván Daniel Rodríguez Cruzalıntı yaptı5 ay önce
    Entonces un nuevo rostro entró en el salón. Era el joven príncipe Andréi Bolkonski, marido de la pequeña princesa. El príncipe Bolkonski era un joven no demasiado alto, muy guapo y de rasgos secos y marcados. Todo en su figura, desde la mirada cansada y aburrida hasta el paso silencioso y regular, contrastaba fuertemente con su pequeña y jovial mujer. Al parecer no solo conocía a todos los presente, sino que ya le aburrían tanto que mirarlos y escucharlos le causaba un inmenso tedio.
  • Luis Quijanoalıntı yaptı3 ay önce
    para la grandeza el mal no existe: no hay atrocidad que pueda atribuirse a quien es grande
  • Luis Quijanoalıntı yaptı3 ay önce
    reconocer la grandeza inconmensurable como medida del bien y del mal no es más que reconocer la insignificancia y la inconmensurable pequeñez de uno mismo
  • Luis Quijanoalıntı yaptı3 ay önce
    la franqueza de su propia falsedad, así como su espléndida y presuntuosa mediocridad lo hacen
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