En conjunto, los autores de este libro destacan acertadamente que la «especificidad histórica del Estado» en América Latina estaría dada por la heterogeneidad estructural y el carácter subordinado y dependiente de su inserción en la economía mundial, mientras que las múltiples especificidades nacionales devendrían de los procesos de conformación particular de sus clases fundamentales, sus intereses antagónicos, sus conflictos, sus luchas y sus articulaciones, en tensión permanente con su forma de inserción en los ciclos históricos de acumulación a escala global.