Naomi

La crónica de nuestro matrimonio acaba aquí. Si les parece que lo que he contado es una tontería, ríanse; por favor, no se priven. Si les parece que encierra una moraleja, aplíquense la lección. Por mi parte, lo que piensen de mí no importa; yo estoy enamorado de Naomi

Lo de dormir en habitaciones separadas fue idea de Naomi. El tocador de una señora es sagrado, dijo; ni siquiera un marido debe invadirlo sin permiso.

Cuanto más pienso que es voluble y egoísta, más adorable me parece, y más atrapado me tiene

Pronto Naomi y yo estuvimos cubiertos de jabón...
* * *

Podrás decir «marido y mujer», pero yo no pienso formar parte de un matrimonio rígido y cursi. Me volvería a escapar

Ahora sí somos marido y mujer

Esta espalda era un hito en la historia de mi amor. Mis manos, mis dedos habían retozado gozosos en aquella nieve heladoramente bella; la habían hollado libres y felices.

Debería decir que me abalancé a comerme su codo

Pero mis dedos tocaron algo…, resbalaron en el jabón

hablaba como un hombre