Este libro contiene una identidad y una historia, ajena y propia al mismo tiempo. Es, para la hija de un Veterano, a la vez territorio desconocido y una casa encuadernada. Muchos silencios son aquí saldados y muchos cuestionamientos son vueltos palabra. La anécdota poderosa no permite sólo la posibilidad de conocer los recovecos más íntimos de una memoria extraña, sino que también se vuelve una voz familiar y una herramienta que contribuye a mi construcción identitaria. Volver y no volver es la voz de un Veterano pero, a la vez, de cientos y de ausencias. Es una narración mixta y fragmentaria, construida por relatos, canciones, fotografías, manuscritos de distintos tiempos y de distintas voces. Tal como lo inscribe su título, es un constante vaivén en el tiempo. Los saltos narrativos nos presentan una percepción particular de la temporalidad, una mirada distinta para conocer la historia, en donde “el futuro es el segundo siguiente”. Marcelo construye con esfuerzo y retazos un testimonio contundente que logra poner en palabras hechos del campo de lo inenarrable. Somos testigos de una pesadilla ventosa, de luchas y silencios, espectadores de un dolor compatriota. Estamos invitados a recorrer facetas de una historia que es, al fin y al cabo, también nuestra. La potencia descriptiva y la comparación funcionan como herramientas efectivas para acercarnos a ella. Tanto es así, que sentimos el viento de las islas en la cara. Una narración de un Veterano de Malvinas es, aún hoy, un acto rebelde frente a aquella orden que imponía silencio y olvido. Volver y no volver es un relato de denuncia y de experiencia, un diario ensamblado cuarenta años más tarde pero no una biografía, pues aquí la cronología no pretende ser estandarte. Es la presentación de una identidad a través de un quiebre humano y temporal, entre lo poético y lo estremecedor.