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Vigdis Hjorth

Ha muerto mamá

  • b2320359856alıntı yaptıgeçen yıl
    irritación no es nada en comparación con la vergüenza.
  • b1212187519alıntı yaptıgeçen yıl
    ¿Acepto la pérdida de mi madre, pero no acepto que mi madre haya aceptado la pérdida de su hija?
  • Julieta Pinascoalıntı yaptı6 ay önce
    Llevo una vida secreta en la conciencia de mi madre, y mi madre una secreta en la mía, pero estoy a punto de desenterrarla de la oscuridad, de sacarla a la luz, y lentamente saldrá, porque quiero que ocurra.
  • Julieta Pinascoalıntı yaptı6 ay önce
    Llevo una vida secreta en la conciencia de mi madre, y mi madre una secreta en la mía, pero estoy a punto de desenterrarla de la oscuridad, de sacarla a la luz, y lentamente saldrá, porque quiero que ocurra.
  • Julieta Pinascoalıntı yaptı6 ay önce
    Llevo una vida secreta en la conciencia de mi madre, y mi madre una secreta en la mía, pero estoy a punto de desenterrarla de la oscuridad, de sacarla a la luz, y lentamente saldrá, porque quiero que ocurra.
  • May Garciaalıntı yaptı10 ay önce
    Lo decisivo es que estoy relacionada con lo limitado y lo infinito. Y esa relación solo puedo sentirla cuando soy consciente de mi limitación, la sensación de ser limitada e infinita a la vez, yo y la otra, mi madre. Solo cuando tengo la sensación de ser solamente yo, la pequeña yo, siento lo ilimitadamente infinito, y solo siendo consciente de ello evito ser víctima de lo subconsciente. Si sigo ignorando lo que empuja desde lo inconsciente, corro el riesgo de fundirme con ello. El deber del ser humano, escribe Jung, es crear conciencia.
  • May Garciaalıntı yaptı10 ay önce
    La madre de la realidad, la vivencia de la madre concreta está entretejida con el mito de la madre, pobre madre y madres y yo misma, que llevamos la cruz del mito.
  • May Garciaalıntı yaptı10 ay önce
    mi madre, no es ilegal, puedo hacerlo, llamo al timbre. Lo oigo sonar dentro, pero no oigo pasos. Con una especie de alivio pienso que después de todo no está en casa, sin embargo vuelvo a llamar, espero, me parece oír pasos, oigo un tintineo, la puerta se abre cautelosamente, mi madre tiene puesta la cadena de seguridad, detrás veo su cara, que se sobresalta al verme, hace un gesto de susto y retrocede como si yo fuera un monstruo, un miedo atroz recorre sus ojos salvajemente abiertos, cierra la puerta de un portazo, mamá, grito, llamo a la puerta, solo quiero hablar, grito, nada más que eso, digo, más tranquila ya, llamo con la mano en vano, ella ya ha avisado a Ruth o al conserje, he fracasado.

    Bajo tranquilamente la escalera y salgo, como hace uno cuando se han franqueado límites y roto tabúes, no tan angustiada como antes, no he hecho nada ilegal, voy hasta el coche, me meto, saco el teléfono, escribo un mensaje de texto: No he querido asustarte. Solo quería charlar un rato.

    Observo que me tiemblan las manos.

    Nadie contesta. Me quedo un rato esperando, pero nada.

    Noto que el corazón me palpita con fuerza, pero no es el mismo corazón de siempre, estoy enfadada.
  • May Garciaalıntı yaptı10 ay önce
    No cojo el ascensor, subo por la escalera hasta el tercer piso y me quedo frente a la puerta, mirando la placa. También en las otras puertas hay solo un nombre. Oigo que se abre la puerta de abajo, subo sin hacer ruido hasta el ático, entran dos hombres charlando y parece que suben por la escalera hasta el primer piso, donde abren una puerta, yo vuelvo a bajar hasta la puerta de
  • May Garciaalıntı yaptı10 ay önce
    La niña se convierte en una carga, la niña se convierte en un desafío imposible, porque cómo cargar con la niña cuando eres incapaz de cargar con la niña que eras, que vive en el cuerpo de todos, y sobre todo en el cuerpo de la que pierde a su madre tan pronto que apenas la recuerda, y que por eso la lleva como un vacío en el cuerpo, como todo el mundo lleva a su madre como un vacío en el cuerpo, mayores o pequeños, vivos o muertos, razón por la cual intentamos llenar el vacío, para poder vivir nosotras o librarnos de las madres, pero, si nos consideramos capaces, en lugar de ello cargamos con la culpa de habernos librado de ellas. No quedas libre sin convertirte en culpable, y, de todos modos, ya eras culpable de antemano, te convertiste en culpable ya de niña, porque te dedicabas al transporte de dolor, transferías tu dolor a tu hermana o a tu muñeca, que no se ponía guapa estando contigo, encerrada en una habitación en una casa con una puerta demasiado pequeña para salir de ella, así que todo intento habría sido un asunto sangriento, seguramente mortal, pero yo reventé la puerta y fue un asunto sangriento, y ahora estoy sentada en una cabaña en el bosque con un alce.
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