Perder el juicio

Nace el amor, muere el amor, nace el amor, muere el amor tantas veces se conecta y desconecta en una misma vida como una red eléctrica.

Cada tanto sifla la sirena aflautada y nos sumergimos en la zona abisal.

Mi mano se llena de su esperma, él me lo pasa por la cara, es mucho más romántico que los que tiran ácido

Nadie nos creyó, pero de eso se trata mentir, no de que parezca real, solo de no decir nunca la verdad.

No la puedo representar si no colabora.

Los mozos coinciden en que tienen apetito, se los ve ligeros y cordiales.

Podría no haber nacido nunca y todo sería igual.

Si alguien me viese en este instante de seguro pensaría que lloro por lo desgraciada que se me ve. Tenerlo todo y ser desgraciado, no tener nada y estar exultante, todas las combinaciones maliciosas posibles y más.