Estaba acostumbrada a enfrentarse con los hombres en la sala de reuniones… Parecía que con Flint Kingman, Gina Barone había encontrado la horma de su zapato en el trabajo… y en el dormitorio. Y, además de tener que trabajar con el hombre al que había contratado su familia contra sus deseos, se vio obligada a fingir estar teniendo una aventura con él para que la prensa no hablara del escándalo del negocio familiar. Gina no tardó mucho en sumergirse en el mundo de fantasía de Flint… y allí la reina de hielo se dejó derretir por el calor de su adversario…