Mira fijo el fuego, observa las nubes, y cuando las ideas o la intuición aparezcan ante ti y las voces de tu alma empiecen a hablarte, confía en ellas ¡y no te preocupes por lo que tu profesor, tu papá o cualquier otro señor elevado piense de lo que tengas que decir! Eso es lo que arruina a una persona. Así es como terminas en el andén de quienes obedecen las leyes, justo como un fósil.