O porque, como comentó Levi una noche en el porche, mientras yo tenía la cabeza apoyada en su regazo y contemplábamos las estrellas: «En este barrio hay muy buenos colegios». Apenas me miró a los ojos un instante y estoy segura al setenta y cuatro por ciento de que se ruborizó, pero al día siguiente aceptamos oficialmente las ofertas de la NASA. Lo que significa que ahora tengo un laboratorio junto al suyo.
Quiero que sean MUY felices, que mueran de viejitos mientras sigan locamente enamorados y sus hijos estén plenamente agradecidos con ustedes por ser unos padres maravillosos, pero, sobre todo, quiero que tengan mucho éxito en sus carreras. Los adoro.