Les diré que enseguida vamos.
—Gracias —contesté yo con una sonrisa cansada—. Me daré toda la prisa que pueda.
Erik asintió tenso y desapareció por la escalera metálica que bajaba a los túneles.
Me sorprendió que Heath respondiera al teléfono al primer timbrazo.
—¿Qué es lo que quieres, Zoey?
—Escúchame, Heath. No tengo mucho tiempo. En la Casa de la Noche se ha liberado algo terrible. Va a ser un desastre, un completo desastre. No sé cuánto tiempo durará porque no sé cómo pararlo. Pero el único modo de estar a salvo es resguardarse bajo tierra.