Cuando su hermana mire en el maletero del coche esa noche o a la mañana siguiente, el día de hoy será irrepetible. Raúl sabe que las mentiras aguantan menos que la carne bien adobada. Sabe que la liebre no tuvo elección. Que, o bien se resistió hasta el final, o no pudo ni siquiera ejercer resistencia. No es algo que se decida. Nunca. Aprieta la mano de su hermana y cierra los ojos