Hasta el fin del mundo – Libro 1

No podía ser de otra manera: precisamente el día en que Cassie Forrester ha decidido recuperar las riendas de su vida, tiene que llegar el fin del mundo. Aunque era de esperar: desde la muerte de sus padres, ambos preparacionistas, Cassie no levanta cabeza. Ha dejado de pintar, ha roto con Adrian, su prometido, y se ha liado con un idiota de campeonato. Sin embargo, no es momento de corregir sus errores; bastante tienen Cassie y sus amigos con escapar de Brooklyn y refugiarse en la cabaña de sus padres antes de que el Bornavirus LX los convierta en zombis.
Por si fuera poco, tanto el nuevo novio de Cassie, que por supuesto se ha acoplado al grupo, como la hermana mimada de uno de sus amigos, tienen la manía de complicar las cosas en todo momento, incluso en medio del apocalipsis. Los dos se las arreglarán para atraer una horda de muertos vivientes hasta su refugio, y por supuesto le tocará a Cassie arreglar el desaguisado, aunque quizá sea a un precio más alto de lo que ella se imagina. Y encima, en la radio no deja de oírse la voz de Adrian, que lanza mensajes desde una zona libre de zombis. Justo lo que necesita Cassie para dejar de estar deprimida.
Todo el rollo de luchar para sobrevivir está genial, sobre todo cuando una cuenta con armadura de cuero, buenos amigos y cerveza casera, pero hay un detallito del que Cassie también tendrá que ocuparse: decirle a Adrian que sigue enamorada de él. Para conseguirlo, nuestra heroína necesitará creer en tres cosas: su propia fuerza, su puntería y, sobre todo, que incluso en el fin del mundo existe el amor verdadero.
Sarah Lyons Fleming es un autora estadounidense nacida y criada en Brooklyn, Nueva York. Devota de Laura Ingalls, aspirante a preparacionista y amante de todo lo apocalíptico, se encuentra en su salsa en cualquier historia que mezcle elementos como romance y humor. Aparte de su enfermiza obsesión por las mochilas de supervivencia, le encanta la literatura y las actividades artísticas. En la actualidad vive su familia en Oregón y, aunque piensa que no hay nadie que pueda prepararse del todo para un apocalipsis zombi, está en ello.