En Gran Bretaña no pueden dejar de evocarse a Juliet Mitchell y su Woman’s State (1971) y a Sheila Rowbotham y su obra Women, Resistence and Revolution (1972); en Francia, las teóricas feministas de los inicios de la segunda ola —que no podían ocultar el impacto Beauvoir— produjeron ensayos críticos singulares como el de Annie Leclerc, a quien se debe Parole de femme (1974), y el de Luce Irigaray, Espéculo de la otra mujer (1974). Irigaray quebrantaba las interpretaciones del psicoanálisis y además mostraba la supresión del sujeto femenino en la historia de la filosofía; sus posiciones fueron muy difundidas. En Italia, las nuevas expresiones teóricas y políticas también resultaron singulares, y no puede dejar de evocarse a Mariarosa Dalla Costa y la obra de enorme repercusión que publicó con Selma James —quien llevó adelante un movimiento pionero por el reconocimiento salarial del
trabajo doméstico—, The Power of Women & the Subversion of the Community (1972),