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Jacques Philippe

Elogio de la pereza / El instante presente

  • juan diego esquivias padillaalıntı yaptı3 ay önce
    VIVIR, Y NO ESPERAR A VIVIR
  • juan diego esquivias padillaalıntı yaptı3 ay önce
    La mejor manera de preparar el futuro no consiste en pensar en él sin descanso, sino en estar bien anclado en el instante presente.
  • juan diego esquivias padillaalıntı yaptı3 ay önce
    Convenzámonos de una cosa: la gracia, al igual que el maná que alimentó a los judíos en el desierto, no se «almacena». No se pueden obtener reservas de ella; solo se puede recibir instante tras instante. Forma parte de ese «pan de cada día» que pedimos en el Padrenuestro. El hecho de que hoy me sienta tan débil que me desmaye solo de pensar en un pinchazo, no quiere decir que el día de mañana no vaya a obtener la gracia del martirio, si eso es lo que se me pide.
  • juan diego esquivias padillaalıntı yaptı4 ay önce
    No podemos estar sufriendo toda la vida; solo se puede sufrir un instante detrás de otro. Nadie posee capacidad para estar sufriendo diez o veinte años. Tenemos la gracia para sobrellevar el sufrimiento que nos corresponde hoy y ahora.
  • juan diego esquivias padillaalıntı yaptı4 ay önce
    Estas palabras dan cuerpo a un aspecto fundamental de la espiritualidad monástica. San Antonio de Egipto, padre de la vida monástica (que vivió 105 años y a los cien decía: «aún no he empezado a convertirme»), repetía sin cesar estas frases de san Pablo, según cuenta su biógrafo, san Atanasio, quien añade: «También recordaba las palabras de Elías: “El Señor vive en quien hoy está junto a mí”; y señalaba que, al decir hoy, Elías no tenía en cuenta el tiempo pasado. De tal modo que, manteniéndose siempre en los comienzos, se esforzaba cada día por presentarse ante Dios como hay que mostrarse ante Él: con un corazón puro y dispuesto a obedecer su voluntad y ninguna otra»[5]. Todos los santos han puesto por obra esta actitud, de la que santa Teresita es un claro ejemplo: «¡Oh, Jesús!, para amarte no tengo nada más que el hoy»[6].
  • juan diego esquivias padillaalıntı yaptı4 ay önce
    los tratados de espiritualidad se suele hablar de las etapas de la vida interior: los grados de la escala de virtudes o los peldaños de la escalera hacia la perfección; según el autor, se enumeran tres, siete, doce o cualquier otra cifra. Sin duda, hay mucho que aprender de estas consideraciones, sea de la descripción de las siete moradas de santa Teresa de Jesús, sea de los doce grados de la humildad de la regla de san Benito.
    Sin embargo, la experiencia me ha enseñado a ver las cosas de otra manera. Suelo decir en broma que la escalera hacia la perfección no tiene más que un peldaño: el que subo hoy. Sin preocuparme ni del pasado ni del futuro, hoy me decido a creer, hoy me decido a poner toda mi confianza en Dios, hoy elijo amar a Dios y al prójimo.
  • juan diego esquivias padillaalıntı yaptı6 ay önce
    Leemos en el libro del Éxodo que Jehová llamó a Moisés a la montaña. Moisés subió a la montaña y penetró en la nube que cubría la cúspide. Esperó la voz divina, pero Dios no habló.
    Moisés esperó una hora entera, esperó un día; Dios no hablaba. Esperó otro día; Dios guardaba silencio. Un tercer día, un cuarto día, Moisés esperó toda una semana. El séptimo día, Dios habló.
    No se hace venir a Dios como se llama a un ordenanza. Para oír la voz de Dios hay que saber esperar. Moisés esperaba sobre la montaña; ¿qué hacía entonces en aquel momento? Nada; esperaba. ¿Era que no tenía nada que hacer? ¡Ya lo creo! La Historia no lo oculta: apenas se alejaba, todos esos judíos, en la llanura, se peleaban. Moisés, sin embargo, se queda en la montaña; se queda, pierde el tiempo, según el lenguaje de hoy: se queda porque espera la voz de Dios.
    El séptimo día, Dios habla.
    ¿No oís nunca la voz de Dios? Si vosotros hubierais subido a la montaña, a la media hora hubierais dicho: «Esto no vale», y hubierais vuelto a bajar.
    Tengo una devoción especial por el anciano Simeón, porque había llegado al límite de la edad, nos dice el Libro Santo, esperando la consolación de Israel. Y la reconoció cuando sus padres lo trajeron al templo, la reconoció en el Niñito tan sencillo en el que los demás no veían nada… Y los Magos, ¿creéis que hubieran visto la estrella si no se hubieran quedado a veces en la azotea de su casa mirando al cielo?
  • juan diego esquivias padillaalıntı yaptı6 ay önce
    ¿Os habéis fijado que no hay ni un detalle del Evangelio del que se pueda colegir que Jesús haya tenido nunca prisa?
  • Juan Camilo Medinaalıntı yaptı2 yıl önce
    Cuando vivimos de acuerdo con este tiempo interior, experimentamos cómo nada está dejado al azar. Aunque caminemos a menudo en la oscuridad y lo desconocido, presentimos y constatamos que nuestra vida transcurre según un ritmo que nos excede y no dominamos, pero en el que nos abandonamos gustosos; que nos lleva más allá de nosotros mismos, pero en el que todos los acontecimientos discurren de acuerdo con una sabiduría infinita.
  • Juan Camilo Medinaalıntı yaptı2 yıl önce
    Creo que los santos han descubierto este tiempo interior, logrando asumirlo. Para ello es necesaria una inmensa libertad, un total desprendimiento de cualquier plan o voluntad personal. Es preciso estar dispuestos a hacer en el segundo siguiente lo contrario de lo que habíamos previsto; vivir el más completo abandono, sin inquietud y sin temor; no tener otro anhelo que cumplir la voluntad de Dios; estar siempre disponibles a personas y acontecimientos.
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