Los ojos de Thomas se agrandaron. Un chico se acercó al líder y le dio unas palmadas amistosas en el hombro.
–Espera hasta la condenada Visita Guiada, Alby –bromeó, con un acento extraño–. Al pichón le va a dar un bruto infarto, todavía no escuchó nada –agregó, luego se inclinó y le extendió la mano–. Novato, me llamo Newt, y todos aquí nos sentiremos de maravillas si perdonas a nuestro nuevo líder con cerebro de garlopo aquí presente.
Thomas le dio la mano. Parecía mucho más agradable que Alby y también era más alto que él, pero aparentaba ser un año menor. Era rubio y llevaba el pelo largo, que le caía sobre la camiseta. Tenía brazos musculosos con las venas muy marcadas