Gladys oyó lo que siempre había temido oír de labios de su padre, pero oyó la frase antes de ser pronunciada, como si alguien se la hubiese dictado al oído. Todo sucedió en pocos segundos, el padre pareció leer la frase telepáticamente en el pensamiento de su hija y articuló en voz alta las palabras temidas: «Tenés que hacer caso a mami, porque papi no quiere tener una hija loro».