“Déjennos marchar, no nos hagan daño, nosotros no se lo hacemos a nadie. Somos todos iguales, y el zar es un hombre igual a nosotros; ¿por qué tenemos que pagarle tributos, por qué tenemos que arriesgar nuestras vidas para matar a otras personas que no nos han hecho ningún mal? Nos podéis cortar a pedazos, pero no cambiaremos nuestras convicciones: nunca vestiremos capote militar ni comeremos rancho.