“Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo”, pensó Wittgenstein
b6394045722alıntı yaptıgeçen yıl
En la iglesia, contemplaba siempre al Espíritu Santo, y se dio cuenta de que guardaba cierta semejanza con el loro
b6394045722alıntı yaptıgeçen yıl
Cada mañana, ella lo divisaba al despertarse, iluminado por la claridad del alba, y rememoraba entonces los días desaparecidos y actos insignificantes hasta en sus detalles más nimios, sin dolor, plena de tranquilidad
b6394045722alıntı yaptıgeçen yıl
Se consolaba de su herida mirando al pájaro
b6394045722alıntı yaptıgeçen yıl
Un único sonido alcanzaba ya sus oídos, el de la voz del loro
b6394045722alıntı yaptıgeçen yıl
La bondad de su corazón se desarrolló
b6394045722alıntı yaptıgeçen yıl
para semejantes almas, lo sobrenatural es bien sencillo y de recibo
b6394045722alıntı yaptıgeçen yıl
Recuperó fuerzas y reapareció su vigor
b6394045722alıntı yaptıgeçen yıl
ellos no hicieron tampoco a su vez ningún intento de reanudar el contacto, por olvido o endurecimiento de míseros
b6394045722alıntı yaptıgeçen yıl
Ese extendido silencio aumentaba la tranquilidad de las cosas.