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Nora Ikstena

Leche materna

  • Veronica Bujeiroalıntı yaptı2 yıl önce
    El mundo de las mujeres, donde la vida y la muerte oscilaban constantemente en una delicada balanza de farmacéutico que había que mantener en equilibrio sin saber nunca de qué lado terminaría por inclinarse
  • Veronica Bujeiroalıntı yaptı2 yıl önce
    Había que considerar el cuerpo humano como una unidad: aquella masa inerte era también lugar de vida. Había que adoptar el punto de vista de Mārtiņš el Cadáver: los muertos, muertos estaban
  • Veronica Bujeiroalıntı yaptı2 yıl önce
    Allí estaba todo, toda la verdad sobre la criatura miserable e hipócrita que era el ser humano: una maraña de intestinos, un revoltijo de vasos sanguíneos, glándulas y secreciones, ganglios linfáticos y arterias, falos y vaginas, úteros y testículos. Una realidad divina donde actuaban en armonía tantos y tan diminutos mecanismos vitales, y en la que cualquier imprevisto podía resultar fatal. Pero eso nunca ocurría, porque aquel artilugio estaba hecho para vivir, no para morir. Y en todo este asunto, la muerte no era más que una interrupción accidental, pero inevitable
  • Veronica Bujeiroalıntı yaptı2 yıl önce
    Mientras su tía fríe patatas para el desayuno de su marido, mi madre bebe café amargo, mira por la ventana y piensa que Moby Dick, la enorme ballena que obsesiona al fiero capitán Ahab, quizá sea un nombre para un impulso del alma al que no es posible sustraerse, que nos espolea siempre hacia adelante hasta sumergirnos por completo en el mar
  • Veronica Bujeiroalıntı yaptı2 yıl önce
    Mi madre existía al margen de nuestra vida familiar, pero era también el centro alrededor del cual orbitaban nuestras vidas. Era una presencia a la que estábamos siempre sujetos, dependientes de ella, a la que había que adaptarse. Vivíamos sometidos al capricho de sus ángeles y demonios, que cada poco ponían patas arriba el espacio-tiempo de nuestras rutinas diarias, dejando a su paso vestigios de una lucha mitológica entre el bien y el mal, y revelando la precaria frontera entre la vida y la muerte. La esperábamos siempre inquietos y respirábamos aliviados cuando la oíamos entrar por la puerta, aunque no supiéramos lo que
  • Veronica Bujeiroalıntı yaptı2 yıl önce
    Estaba allí tendido, uno de tantos que se habían rendido en silencio, que habían muerto en un rincón oscuro, incapaces de enfrentarse a la sórdida evidencia de aquella era, incapaces de olvidar, adaptarse y tragarse las humillaciones físicas y espirituales, la vergüenza, la deshonra, la desilusión. Un culpable sin culpa. Un desecho humano de aquella época. Lo más probable es que lo enterraran en el cementerio a las afueras de la ciudad, en la fosa común para indigentes. Mi madre nunca mostró ningún interés por él y nunca se enteró de su muerte. Puso todo su empeño en proteger su nueva vida e intentar así protegerme a mí también
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