La Academia. Tercer libro

—A veces hay que saber qué elegir… —murmuró—. Y no siempre lo correcto es correcto para todos.

Nadie me había enseñado nunca que decidir pudiera ser tan doloroso y que las consecuencias fueran aún más difíciles todavía.

Entendí que se puede formar parte de lo Correcto aunque te obliguen a estar de parte de lo Equivocado. Y entendí que lo Correcto está en permanente estado de cambio. Que es difícil, que hay que pensar, decidir, arriesgar, intentar, no tener miedo, tener muchísimo miedo y no rendirse nunca.

Yo nunca entendí nada. Ni de ti, ni de nosotros, ni de todo lo demás. Sabes que nunca se me ha dado bien captar los matices. Solo la luz y la sombra, lo bonito y lo feo, lo correcto y lo equivocado. Sin concesiones.

—No hables de lo que no sabes. No puedes entender lo que significa querer a alguien a quien aún puedes ver y que, a pesar de todos tus esfuerzos, sigue siendo inalcanzable.

—¡Intentarlo es la mejor manera de aprender!

—Permítele brillar. Permítele hacer algo que le guste. Al fin y al cabo, querer a alguien significa dejarlo libre.

Entendí que se puede formar parte de lo Correcto aunque te obliguen a estar de parte de lo Equivocado. Y entendí que lo Correcto está en permanente estado de cambio. Que es difícil, que hay que pensar, decidir, arriesgar, intentar, no tener miedo, tener muchísimo miedo y no rendirse nunca.