es
Kitaplar
Yuko Tsushima

Territorio de luz

  • Montserrat Montes de Ocaalıntı yaptı2 yıl önce
    Los padres son solo padres, no son nadie especial. Hay padres a los que hay que abandonar por el bien de uno mismo. Que no te engañen con el pretexto de que son tus padres.
  • mileandrade0108alıntı yaptı4 ay önce
    que no te preocupes y déjamelo a mí.
    Estábamos a
  • mileandrade0108alıntı yaptı4 ay önce
    No dejaba de sorprenderme el miedo que tenía a que mi marido volviera a acercarse a mí. Me aterraba mi exceso de dependencia.
    Mi marido me sugirió repetidas veces que regresara a casa de mi madr
  • mileandrade0108alıntı yaptı4 ay önce
    No dejaba de sorprenderme el miedo que tenía a que mi marido volviera a acercarse a mí. Me aterraba mi exceso de dependencia.
    Mi marido me sugirió repetidas veces que regresara a casa de mi madre
  • Gabriel Galavizalıntı yaptı5 ay önce
    Era cierto que había deseado el divorcio, pero ahora, en contra de ese deseo, tenía la sensación de que quizá no debíamos hacerlo, que a lo mejor los dos deseábamos otra cosa en realidad. Quise abrazarme a su pecho y decírselo a gritos. Pero lo único que hice fue quedarme sentada cabizbaja frente a él.
  • Gabriel Galavizalıntı yaptı5 ay önce
    . Hay padres a los que hay que abandonar por el bien de uno mismo
  • Gabriel Galavizalıntı yaptı5 ay önce
    incapaz de distinguir el miedo de la felicidad. Solo tenía cuatro o cinco años.
  • Gabriel Galavizalıntı yaptı5 ay önce
    los vivos no les está permitido encontrarse cara a cara con un resucitado, pues, al volver a sentir el calor del muerto, los vivos pierden aquello que más les importa.
  • Gabriel Galavizalıntı yaptı5 ay önce
    Lancé al pez dorado a la cestita de la basura orgánica. Luego alcé a mi hija y se lo enseñé; el pez dorado yacía entre restos de verduras.

    —No se mueve.

    —Claro que no. Cuando te mueres, te conviertes en basura. También te pasará a ti si te mueres, así que no te puedes morir, ¿entendido?

    Mi hija asintió entre risas.

    Me quedé mirando fija y tercamente al pez muerto, preguntándome si así habría conseguido alejar a mi hija de la muerte.
  • Gabriel Galavizalıntı yaptı5 ay önce
    Lo que mis ojos no habían querido ver hasta entonces no era más que el cruel reflejo de mí misma.
fb2epub
Dosyalarınızı sürükleyin ve bırakın (bir kerede en fazla 5 tane)