Cuando te vi en la escalera del Instituto y vi el fuego en tus ojos, supe que eras la mujer más valiente que había pisado esta tierra. Solo lamento que un alma tan valerosa haya sido alguna vez herida por la ignorancia y el miedo de los otros.
Raziel Francis Montañoalıntı yaptı9 ay önce
—Lex malla, lex nulla —repuso Julian, agitando una perezosa mano. Era el lema de la familia Blackthorn: «Una ley mala no es ley».
Raziel Francis Montañoalıntı yaptı9 ay önce
—«La dificultad de morir por un amigo no es tan grande como lo es la de encontrar un amigo por el que valga la pena morir» —leyó.
—Homero
Raziel Francis Montañoalıntı yaptı9 ay önce
había dos marcas de altura, de las que se hacen poniendo a alguien contra la pared y trazando una línea justo por encima de la cabeza para controlar el crecimiento, con una fecha al lado. En uno ponía WILL HERONDALE y en el otro, JAMES CARSTAIRS.
Raziel Francis Montañoalıntı yaptı9 ay önce
Julian era el tipo de persona que podía descender a los infiernos y regresar con el propio diablo debiéndole un favor
Raziel Francis Montañoalıntı yaptı9 ay önce
«Eres el chico que hace lo que tiene que hacerse porque nadie más lo hará»
Raziel Francis Montañoalıntı yaptı9 ay önce
«Mi parabatai —pensó Emma mirando a Jules, que permanecía con los hombros erguidos y la cabeza hacia atrás—, el único chico de diecisiete años en el mundo que puede hacer dudar al rey de la Corte Oscura».
Raziel Francis Montañoalıntı yaptı9 ay önce
«Los héroes no son siempre los que ganan. A veces son los que pierden. Pero siguen luchando y siguen aguantando. No se rinden. Eso es lo que los convierte en héroes».
Liseth BZalıntı yaptı4 yıl önce
con grandes ojos azules que hacían que quisieras confiar en él aunque te estuviera robando la cartera.
Liseth BZalıntı yaptı4 yıl önce
Recordó algo sobre la oscuridad, sobre la presión y las mantas pesadas y el silencio. Aunque no tenía ni idea de cómo se iba a hacer con alguna de esas cosas en lo alto de un edificio.
—Dime —le pidió—. Dime lo que necesitas.
—Rodéame con los brazos —le rogó Ty. Sus manos eran pálidas manchas en el aire, como si Kit estuviera viendo una foto movida—. Sujétame.