es
Kitaplar
Mariano Azuela

Los de abajo

  • Magaly Monserratalıntı yaptıgeçen yıl
    Demetrio Macías, con los ojos fijos para siempre, sigue apuntando con el cañón de su fusil…
  • Magaly Monserratalıntı yaptıgeçen yıl
    Fuego!… ¡Fuego sobre los que corran!…

    —¡A quitarles las alturas! —ruge después como una fiera.

    Pero el enemigo, escondido a millaradas, desgrana sus ametralladoras, y los hombres de Demetrio caen como espigas cortadas por la hoz.
  • Magaly Monserratalıntı yaptıgeçen yıl
    Los soldados caminan por el abrupto peñascal contagiado de la alegría de la mañana. Nadie piensa en la artera bala que puede estarlo esperando más adelante. La gran alegría de la partida estriba cabalmente en lo imprevisto. Y por eso los soldados cantan, ríen y charlan locamente. En su alma rebulle el alma de las viejas tribus nómadas. Nada importa saber adónde van y de dónde vienen; lo necesario es caminar, caminar siempre, no estacionarse jamás; ser dueños del valle, de las planicies, de la sierra y de todo lo que la vista abarca.
  • Magaly Monserratalıntı yaptıgeçen yıl
    mujer de Demetrio Macías, loca de alegría, salió a encontrarlo por la vereda de la sierra, llevando de la mano al niño.

    ¡Casi dos años de ausencia!
  • Magaly Monserratalıntı yaptıgeçen yıl
    Papeles, sí!… ¡Eso nos han traído ustedes!… ¡Pos eso coman!… —dice la fondera, una viejota insolente, con una enorme cicatriz en la cara, quien cuenta que “ya durmió en el petate del muerto para no morirse de un susto”.
  • Magaly Monserratalıntı yaptıgeçen yıl
    Juchipila, cuna de la revolución de 1910, tierra bendita, tierra regada con sangre de mártires, con sangre de soñadores… de los únicos buenos!…

    —Porque no tuvieron tiempo de ser malos —completa la frase brutalmente un oficial ex federal que va pasando.
  • Magaly Monserratalıntı yaptıgeçen yıl
    Villa derrotado era un dios caído. Y los dioses caídos ni son dioses ni son nada.
  • Magaly Monserratalıntı yaptıgeçen yıl
    Cierto como hay Dios, compañero; sigue la bola! ¡Ahora Villa contra Carranza! —dijo Natera.
  • Magaly Monserratalıntı yaptıgeçen yıl
    Bueno! ¡A qué negarlo, pues! Yo también he robado —asintió el güero Margarito—; pero aquí están mis compañeros que digan cuánto he hecho de capital. Eso sí, mi gusto es gastarlo todo con las amistades. Para mí es más contento ponerme una papalina con todos los amigos que mandarles un centavo a las viejas de mi casa…
  • Magaly Monserratalıntı yaptıgeçen yıl
    Una bala rebotó en el cemento, pasando entre las patas de las mesas y las piernas de los señoritos, que saltaron asustados como dama a quien se le ha metido un ratón bajo la falda
fb2epub
Dosyalarınızı sürükleyin ve bırakın (bir kerede en fazla 5 tane)