Training camp. El libro de Rain

Estaba claro que no sabía quién era la estrella del equipo. Era hora de que Rain se lo demostrara.

Rain y Reggie estaban compenetrados en defensa, como siempre.

Rain se ató los cordones, agarró su balón y empezó a calentar: encestó un tiro tras otro fácilmente, gracias a la práctica. No pudo evitar sonreír.

Todos rompieron a reír. Peño llevaba dos años tratando de encontrarle una rima a «Badgers».