Quisiera quedarme quieta

Qué difícil es estar con alguien por tantos años. Hay algo que se va y no regresa.

Los sueños tienen una propiedad inasible. Son de la materia de la que imagino son las nubes: al tocarlas se deshacen

Creo que yo sabía, cuando era niña, algo que olvidé. Reconocía el lenguaje secreto de las olas. Ahora ellas me llevaban otra vez, abrazaban mi cuerpo sin amenaza, lo hacían flotar y, por eso, volar. Volar a voluntad, no lejos de la tierra, como sucede en algunos sueños.

Arrastrarlo hasta la superficie requirió una concentración diferente, la lengua que tantea la palabra que no aparece, la cara que no logra dibujarse en la memoria, el sentido que lucha por restituirse

Algo, adentro, perdió su ancla y empezó a desprenderse, con trabajosa lentitud, desde una distancia que parecía la de una profundidad marina.

como el niño que solo comparte lo que tiene cuando calcula que perderá poco.

do el día en la casa, protegidos del afuera

Nos acostamos en la cama individual, los pies sobre los hombros del otro, para aprovechar mejor el espacio

vigilar la forma de nuestras caras.

entonces hay que crearles la fantasía para que el miedo sea, por lo menos, placentero