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Augusto Zamora

Política y geopolítica para rebeldes, irreverentes y escépticos

Nueva edición de un libro que, en poco más de un año, se ha convertido en un referente en el ámbito del análisis geopolítico, con nuevos materiales sobre lo acontecido en torno a Irán, Turquía, Siria, Libia, Estados Unidos, Rusia o China.

Recibimos más información que nunca, y, sin embargo, también está más condicionada que nunca, pues la constitución de un oligopolio mediático hace que dicha información tenga un claro sesgo que sirve a los intereses de sus dueños. Y este hecho se ve reflejado con particular crudeza en el ámbito de la política y la geopolítica, donde la visión global de un mundo dividido entre «buenos» (neoliberales) y «malos» (todos los demás) es continuamente martilleada por televisiones, radios y cabeceras periodísticas. De ahí que, para entender bien nuestro mundo (y tratar de cambiarlo, ahora que aún estamos a tiempo), sea necesario casi partir de cero.

Tal es el objeto de este libro. Dirigido a un público joven de 18 a 90 años, en sus páginas se desgranan los conceptos, las teorías y los protagonistas que han dado y dan forma al contexto sociopolítico que nos rodea. De las proyecciones cartográficas a la Guerra Fría, de los «Estados fallidos» a los «Estados canallas», de Estados Unidos a Afganistán, de la Guerra Fría a los bancos, ofrece un panorama que sin duda sorprenderá al lector, pues no acaba de cuadrar con la «versión oficial».

Un texto ameno e irónico que, sin perder el rigor, se dirige a todos los «escépticos, sumisos e inadaptados» que no comulgan con lo que dicta el establishment ni con las supuestas «verdades» sobre las que se cimenta la triste realidad. Y no sólo a los que ya son conscientes de ello, sino a los que aún no lo saben.
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Telif hakkı sahibi
Bookwire
Orijinal yayın
2022
Yayınlanma yılı
2022
Yayımcı
Foca
Bunu zaten okudunuz mu? Bunun hakkında ne düşünüyorsunuz?
👍👎

Alıntılar

  • abby montelongoalıntı yaptı3 yıl önce
    Alemania no logró lo uno ni lo otro. Fue derrotada por una suma de vastedad geográfica, climatología y avalancha militar soviética.

    No pudieron las tropas nazis dibujar el mapa geopolítico elaborado por Haushofer. Ese papel corresponderá, paradójicamente, a la clase dirigente de la URSS. La demolición del Estado soviético, equivalente a una derrota militar, permitió la emancipación de los países del Pacto de Varsovia, muralla amortiguadora que separaba, como glacis, el territorio soviético de sus potenciales enemigos. Como deseaban los geopolíticos del III Reich, la URSS quedó rota en sus partes, siendo sustituida por una pléyade de pequeños Estados nacionales, quedando un único Estado ruso. Los pequeños Estados nacionales no fueron incorporados a ninguna Gran Alemania –como había soñado Haushofer–, sino a una entidad aún más peligrosa, la OTAN. Pero rara vez los planes salen como se quiere y una pieza quedó suelta, Ucrania, elemento geopolítico clave para arrinconar a Rusia y sacarla del tablero europeo. La idea de usar Ucrania contra Rusia, presente en los adversarios de este último país desde la Primera Guerra Mundial, da cuenta de que la OTAN hace depender sus relaciones con Rusia a que ésta renuncie a Ucrania y admita su inclusión en la Alianza Atlántica, que es una forma indirecta de requerir la rendición de Rusia como potencia europea. De cómo se resuelva este conflicto dependerá en buena medida la paz mundial.

    La agresión contra Yugoslavia en 1999 permitió ajustar las piezas del nuevo mapa europeo. Los «Estados tapón» se alinearon presurosamente con la OTAN (es decir, con EEUU), que establecía así una nueva frontera, que es extendida luego a los Estados bálticos. La caída del último aliado de Rusia, el gobierno de la reducida Yugoslavia de Serbia y Montenegro, gobernada por Slovodan Milosevic, devolvió a la devaluada potencia a la situación que existía en 1923, cuando el cordón sanitario impuesto por Occidente intentaba aislar la revolución bolchevique del resto de Europa. La guerra y ocupación de Afganistán por EEUU será un intento fallido de cerrar el círculo en torno a Rusia, sueño acariciado desde el inicio de la Guerra Fría, en 1947. La triunfante potencia marítima controlará efímeramente el corazón continental y tendrá, también efímeramente, bases militares propias
  • abby montelongoalıntı yaptı3 yıl önce
    Alemania no logró lo uno ni lo otro. Fue derrotada por una suma de vastedad geográfica, climatología y avalancha militar soviética
  • abby montelongoalıntı yaptı3 yıl önce
    la teoría del corazón continental sigue siendo la primera premisa del pensamiento militar occidental»

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