Recuperar la ciudad hoy. Planeación urbana: aprender de la historia

la densificación de la ciudad central como eje de la política urbana, al que se alinean los programas e instrumentos desde los que se regula la ciudad

Asimismo, a nivel teórico, se recupera la propuesta realizada por Lefebvre (2013), en especial los conceptos de “espacio social” y “organización del espacio”, bajo los cuales el espacio es concebido como un producto compuesto por prácticas sociales que posibilitan y simbolizan el desarrollo de dinámicas socioespaciales ―entendidas como cambios y rupturas―. También, sobre este mismo rubro, Low (1993) señala que el espacio construido posee una serie de subtextos políticos que constituyen la base del diseño y la planificación urbanos.

La promulgación de la Constitución de la Ciudad de México (Gaceta cdmx, 05-02-2017) marca un parteaguas en los temas relativos a los instrumentos para la edificación y uso del suelo. Entre los aspectos más relevantes que incorpora están: i) el Derecho a la Ciudad (artículos 12 y 93) que es un derecho colectivo que consiste en el uso y el usufructo pleno y equitativo de la ciudad, ii) la noción del ordenamiento territorial (artículo 16), como la utilización racional del territorio y los recursos de la Ciudad de México, incluyendo la dimensión del medio ambiente, gestión sustentable del agua, regulación del suelo, vivienda, infraestructura física y tecnológica, espacio público y convivencia social, movilidad y accesibilidad, así como vulnerabilidad, resiliencia, prevención y mitigación de riesgo, iii) garantizar la distribución equitativa de las cargas y los beneficios del desarrollo urbano (artículo 16), iv) la creación del Instituto de Planeación Democrática y Prospectiva como organismo encargado de la planeación del ordenamiento territorial.

Estos tres instrumentos marcan una nueva línea de política pública para la Ciudad de México con mayor flexibilidad en la normatividad urbana, así como una preeminencia del mercado inmobiliario, lo cual es radicalmente diferente a todo lo que se había promovido anteriormente y se forma parte de las políticas de adelgazamiento del Estado de corte neoliberal.

La promulgación de la Carta de Atenas por el Congreso Internacional de Arquitectura Moderna (ciam) de 1933 fue otro evento fundamental para la promoción de la zonificación y la producción de planes, en la que se propuso impulsar un modelo de ciudad funcionalista que planteaba la separación de actividades en el territorio, tales como la habitación, producción y recreación (Pérez Torres, 2020: 383), proponiendo, entre otras cosas: “los Planes determinarán la estructura de cada una de los sectores destinados a las cuatro funciones base,

El origen de esta zonificación muestra, por un lado, el surgimiento de regulaciones sobre los usos del suelo justificadas legalmente con evitar los daños e incomodidades y, por otro, exhiben motivaciones como la exclusión racial, económica y social. Esto ocurre en un contexto de la conformación de Estados-Nación modernos fuertes que asumieron un papel decisivo en la modificación de los marcos legal e institucional, con efectos en el desarrollo económico, social y urbano.

Una responsabilidad y daño de carácter público corresponde a un acto u omisión que obstruye, daña o incomoda los derechos de la comunidad, los cuales pueden incluir desde el ruido, la contaminación, vibraciones excesivas, entre otras; las cuales interfieren con el bienestar, la salud o que afectan materialmente la comodidad de las personas que pueden estar efectivamente sucediendo o tener la posibilidad de ocurrir.

Una responsabilidad y daño privado es de carácter civil y se refiere al uso injustificado o ilegal de la propiedad de una persona de manera que interfiere sustancialmente con el disfrute o uso de la propiedad de otra persona, pero sin una invasión real o física a la propiedad afectada.

Lo aquí dicho sobre la capital lleva el sentido de pensarla como territorio, pero también como relaciones, es decir, como flujos que se producen y se reproducen.

mientras el urbanismo —ya como paradigma, como discurso, como régimen o como campo— está en ciernes, el mercado del suelo se impone, y sus fallas agudizan inequidades. La muy reciente urbanización del mundo (si lo pensamos dentro de la línea temporal de la historia de la humanidad) exige hoy más del suelo de lo que históricamente ha dado, y este ritmo trepidante es por demás difícil de regular.

los polígonos de actuación y el Sistema de Transferencia de Potencialidad de Desarrollo