Destrózame

—La vida es un lugar sombrío —susurra—. A veces hay que aprender a ser el primero en disparar.

Quizás no soy un monstruo.

Quizás las cosas pueden cambiar.

luna es una compañera fiel.

Nunca se va. Siempre está ahí, observando, inalterable; nos conoce en nuestros momentos de luz y oscuridad, cambia para siempre igual que nosotros. Cada día ofrece una versión distinta de sí misma. A veces es débil y pálida, a veces llena y radiante. La luna entiende qué significa ser humano.

Incierta. Sola. Llena de cráteres debido a sus imperfecciones.

He gritado durante años y nadie me ha oído nunca.

Siempre me pregunto por las gotas de lluvia.

Me pregunto por qué siempre caen, tropezando con sus propios pies, rompiéndose las piernas y olvidándose los paracaídas al caer directamente desde el cielo hacia un final incierto.

—Más respeto o te vuelo la cabeza.

—Cabrón, hijo de puta…

Es como un padre descuidado que sólo conoce la mitad de lo que eres. Nunca se da cuenta de cómo su ausencia cambia a las personas.

Es como un padre descuidado que sólo conoce la mitad de lo que eres. Nunca se da cuenta de cómo su ausencia cambia a las personas.

Es el tipo de vínculo que nunca he tenido, que nunca tendré.