¿Había ido desde el principio detrás de su fortuna?
Para el magnate de las joyas Alexander Bajoran no había retos imposibles… hasta que se encontró un bebé en su oficina con una nota diciendo que era su hijo. Solo había una mujer que pudiera ser la madre: Jessica Taylor, con quien un año antes había mantenido una breve aventura.
Poco después Jessica se presentó en su casa, desesperada y arrepentida por haber abandonado a su hijo. Alex no estaba dispuesto a dejarla marchar con quien tal vez fuera su legítimo heredero. Pero al descubrir que Jessica estaba emparentada con su mayor rival en el negocio de las joyas, se preguntó si su embarazo habría sido realmente un accidente.